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Amar
a una persona con todas las fuerzas no es un pecado. El enamoramiento es uno de
esos momentos en la relación de pareja que se vive con gran intensidad. Sin
embargo, el enamoramiento, es solo un evento más hacia la realización de una
relación de pareja.
La adicción al amor sí es amor y no es
amor es una forma de querer con necesidad,
con apego, con sufrimiento. Cuando este amor se va convirtiendo en adicción, la
persona en lo individual deja de tener control sobre sí misma. Sus
pensamientos, acciones, encantos y desencantos se encuentran en función de la
relación de pareja.
En
la adicción al amor se vive con terror al abandono y al desamor. El solo pensar
que esa relación pueda terminar se convierte en una fuente de dolor. Las personas que sufren y padecen una
adicción al amor, más que amor, buscan seguridad, confianza y un sentimiento de
sentirse estables. Por ello, la dependencia emocional es tan
intensa.
Por
este sentimiento de seguridad son capaces de hacer lo que sea, con tal, de
retener a sus parejas, toleran todo, perdonan todo y pueden incluso estar horas
y días esperando a su amado que nunca es lo suficientemente agradecido con sus
esfuerzos.
La
adicción al amor se vive como amor. La adicción al amor se vive como
enamoramiento. Por tanto, desde esa perspectiva, puede decirse, que sí es amor.
Pero en el momento, que existe una falla en la seguridad deja de ser amor para
convertirse en pánico, miedo, sufrimiento, dolor y soledad, y desde este punto
de vista, la adicción al amor ya no es amor.
La adicción al amor no es amor cuando el apoyo psicológico y
emocional se busca en el otro. Se le exige a la pareja. Se convierte en una
batalla campal para no dejarlo ir. Se
sufre ante su ausencia, no importa si son minutos, horas o incluso días.
En
la adicción al amor que no es amor no se toleran las separaciones. No se tolera
ser diferente, no se tolera una vida sin la fuente de seguridad emocional, o
sea, la relación de pareja.
En
la adicción al amor que no es amor
podemos observar lo que las personas buscan en su fuente de seguridad:
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Necesidad de
Protección: una sensación de no ser suficientes para sí mismas. Necesidad de
que alguien, la pareja, se haga cargo de sus necesidades afectivas y de su
proyecto de vida. Lo más importante es la seguridad, la protección. Parecen
personas que no han madurado, y que en un momento de sus vidas siguen
necesitando un padre o una madre que los cuide y alimente afectivamente. leer más
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