Las intimidaciones, son un lugar común de la vida en pareja,
pero pareciera que nadie las ve,
las reconoce y las llama por su nombre.
Una intimidación, por fuerza, tiene que ver con aquellos
actos y acciones
en los que mi pareja me rebaja.
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En estos espacios de la intimidación siempre existe:
- Ponerme en ridículo delante de su familia, de los amigos y
de mis seres queridos.
- Faltas de respeto a mi persona, a mis gustos, a mis intereses,
y lo que es peor, a mis éxitos.
- En lo referente al dinero, me dice que no le importa, que
yo puedo estar en dónde sea,
y que dinero va y viene, me tacha de materialista y eso es lo
que menos importa, pero que
YO soy una interesada o un desconsiderado porque
Tú haces lo que quieres con el dinero, pero YO te lo controlo.
- Además, siempre te arreglas para que los demás vean lo que no eres,
lo poco interesante que pareces.
La intimidación, siempre es un mecanismo para rebajar a la pareja,
dejarla sin seguridad, sin aliento, sin vida.
Toda intimidación, siempre, lleva al dolor y a la vergüenza.
Te someto mediante la vergüenza y el sufrimiento.
Las interacciones y la comunicación en la pareja se tornan tensas,
llenas de conflicto y ansiedad.
Todo se torna denigrante, la identidad se ve fracturada, frente
a las masivas acusaciones.
Vivimos una irrealidad.
Me siento enloquecida, no se que es la realidad y qué no.
Vejaciones a la autoestima, al valor personal, a la identidad, al amor,
a la fidelidad, nos confundimos, y no atinamos a darnos cuenta, que en la vida,
esa relación nos trastorna, nos llena de culpa de actos que no hemos cometido.
Nos acusa de represalias de las que no hemos sido víctimas.
En fin, nuestro sentido de orientación esta norteado,
hemos perdido la brújula del sentido de la vida.
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Ana Giorgana
www-cecreto.com
