www.cecreto.com
Las diversas situaciones de la vida actual nos obligan a
vivir distanciados de nosotros mismos.
Generalmente atribuimos los problemas que se nos presentan como algo que
nos es ajeno.
Estamos educados a ver en los ojos de los otros, llámese
marido, hijos, padres, hermanos o amigos como aquellos agentes que nos hacen
sentir mal, y por mal, entiendo tristes, enojados, estresados, nerviosos,
iracundos.
Creemos o pensamos, que las circunstancias nos hacen sentir
de tal o cuál manera. Vamos por el mundo
muy pendientes de los demás, pero no reparamos en darnos cuenta, en percatarnos
cómo le hacemos nosotros para estar en las situaciones en las que nos encontramos.
Tal vez, parezca atrevido, pero la realidad de infinidad de
circunstancias que nos pasan, por decirlo de alguna manera, nos ocurren ya que
sin darnos cuenta somos activos partícipes para que los acontecimientos cobren
vida y se instalen en nuestra experiencia, así sean momentos de alegría como
los más dolorosos.
En ningún momento de nuestra existencia nos enseñan a mirar en nosotros mismos, estamos muy pendientes de lo que la mayoría de las personas hacen, o sentimos que nos hacen.
Vivimos ausentes de nosotros mismos, perdemos
nuestro poder personal ya que nuestro bienestar o malestar lo ponemos en manos
del contexto, del afuera, del otro o de los demás.
Les adjudicamos la responsabilidad de cómo nos sentimos, de cómo pensamos y hasta de nuestras acciones. leer más
Ana Giorgana
Les adjudicamos la responsabilidad de cómo nos sentimos, de cómo pensamos y hasta de nuestras acciones. leer más
Ana Giorgana