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He estado enamorada de mi mejor amigo por diez años, lo he
escuchado en sus problemas, lo he acompañado en sus decepciones y en sus
triunfos, pero yo estoy enamorada de él y él ni siquiera lo sabe.
Me siento frustrada y enojada, la realidad es que quisiera
que se diera cuenta que es el amor de vida pero no sé cómo lo va tomar.
Triny le ha rendido tributo a su amigo durante años, ella
quiere que él se fije en ella, por tanto siempre está disponible para él en
todo momento.
Viajan juntos, se divierten juntos, las familias se conocen,
hacen muchas cosas juntos. Ella no se
atreve a decirle y a sacar sus sentimientos.
Sufre y llora porque está viviendo un amor platónico.
Ella idealiza a su amigo, para ella él es perfecto, guapo,
no tiene defectos, es una maravilla, pero tiene miedo al rechazo y que su
relación de amistad se termine por decirle la verdad.
Triny busca una psicoterapia porque considera que debe dar
el paso y arriesgarse a decirle a su gran amigo la verdad. Está cansada de que
él siempre le habla de sus aventuras amorosas y ella está complaciente
aceptando todas sus historias porque lo “ama intensamente”
Si bien, es cierto, Triny necesita armarse de valor y dejar
de jugar el rol de ser siempre la escucha atenta de su amigo, resolverle
problemas y tomar su lugar como la mujer que quiere ser vista por él.
Tal vez, requiera un poco de distancia y reflexionar acerca
de su condición de amiga por diez años. Es una situación que ya la rebasa y por
tanto, ahora está dispuesta a jugar un papel más activo para este fin.
En la psicoterapia primero trabajamos con su estima
personal, con sus miedos y con el temor al rechazo.
Ha sido un trabajo intenso pero ha valido la pena porque
aunque su amigo la rechace, ella se siente mejor consigo misma.
Todo amor platónico cuenta con una dosis de amor romántico
Ana Giorgana