Ana Giorgana
Vivir en el pasado recordando y añorando aquella situación, aquella relación o aquél empleo no permite una libertad emocional en el presente, pasamos la vida sin vivirla, más bien sobrevivimos porque consideramos que no contamos con el poder de sanar las heridas de una ayer perdido.
Suspiramos por loq ue tuvimos y dejamos de ver lo que si tenemos ahora en nuestra existencia y lo que hemos aprendido.
Estar atados a condiciones del pasado nos enfrenta con la soledad, la tristeza, la amargura y a una vida sin sentido y sin recursos internos para sanar. Toda pérdida, todo quiebre siempre nos pueden llevar al crecimiento y al desarrollo personal. Los duelos inconclusos carcomen el alma y la vida misma.
Requerimos tomar en serio nuestra vida, que por cierto, es la única con la que contamos y que ninguna persona puede realizar el proceso de duelo por nosotros. Nos corresponde en lo individual y además es una tarea personal.
Cerrar ciclos. Cerrando círculos. Dar la vuelta a la página |
En ocasiones en estos duelos inconclusos la autoestima se deteriora pero nada puede tener mayor poder sobre el valor y orgullo personal más que nuestra propia autoridad interna. Para realizar un proceso de duelo por momentos es preciso pedir ayuda y acudir a los especialistas.
Y el tiempo para hacerlo es ahora no existe otro, el presente es el único momento del cual dsiponemos para entrar en acción sobre nuestras heridas y recuperación personal.
La vida es un instante y cuando volteamos hacia atrás o hacia el futuro dejamos de experimentarla con toda su intensidad.
Cerrando ciclos y etapas en la vida es una condición para sanar el presente.
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