Mi marido padece una adicción al alcohol. Claro él no la reconoce. Siempre tiene respuestas cómo:
Pero después de todo he comprendido a través de la terapia individual que estoy afectada por su manera de consumir alcohol. Toda mi vida giraba en su adicción. Cuando vamos a una fiesta no disfruto porque estoy pendiente de su manera de beber. Cuando no ha llegado a la casa temprano empiezo a experimentar una gran angustia porque siento que va a llegar con copas, además siempre se cumple.
Esto ya no es vida para mí. Además su personalidad cambia. Se vuelve hiriente, agresivo, nada le parece y yo mejor me encierro en mi cuarto. Él entonces, me dice que no lo comprendo y me irrita con sus palabras de para qué llegar a la casa sí todo el tiempo estás de malas.
Relaciones de pareja y dependencia emocional
Siempre me he sentido culpable por ello. Siento que su forma de beber es gran parte de nuestro problema. El alcohol se ha convertido en su estilo de vida. Ahora bebe todas las noches al llegar a casa. En soledad yo me voy a dormir y él se queda todas la noches tomando, principalmente, los fines de semana.
Cuántas historias de alcohol y de amor
No disfruto nada. Yo sé que tengo que aprender a vivir con su forma de beber.
Me molesta su olor, sus formas de hablar, no tiene ningún otro interés más que aquellos planes que tengan como pretexto la bebida. Lo demás no le interesa.
Finalmente estoy comprendiendo mis formas y maneras codependientes de relacionarme con él. Mi papá era alcohólico y mi mamá lo rescataba de todos lados, yo no quiero ese destino para mí, por eso vengo a terapia para conocer mis miedos, mis angustias y estas formas tan denigrantes de relacionarme con él.
Aún no se qué decisión tomaré pero estoy llegando al limite de mi tolerancias.
Sobre todo estoy trabajando sobre mi dependencia emocional.
Ana Giorgana
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