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El fortalecimiento de la pareja es la clave para mejorar las familias y la sociedad

El fortalecimiento de la pareja es la clave para mejorar las familias y la sociedad
Ana Giorgana

jueves, 11 de junio de 2015

Quiero dejarlo pero no puedo...

Historias Reales de Personas Reales...Resultado de imagen para la dependencia emocional

Me parece que ahora sí llegó el momento de dejar esta relación. Lo he dicho muchas veces y más lo he intentado, cada vez, que lo intento me muero de miedo y no sé cómo terminar de tomar esta decisión. Así se expresa Lucía en su historia.

Lucía está totalmente cierta de que su relación de pareja es tóxica y destructiva. Sabe que sufre más de lo que puede gozar en la relación de pareja, sin embargo, pareciera que un poder más grande que ella misma la obligara a regresar una y otra vez a los brazos de su amado.

El amor de Lucía es adictivo. Quiere dejarlo pero no puede. Desea ardientemente dejar de estar en esa relación de pareja, pero siente que no puede sola.
Lucía se siente muy amenazada con todo lo que Luis le dice: “ tú no vas a poder sola sin mi”.

Lucía se lo ha creído. Luis ha sido por años el centro de su atención y de su vida, por tanto, ella cree que de verdad, no puede vivir sin él. Y, lo que es peor, tampoco puede vivir con él.

Lucía considera que parte del problema en su relación de pareja son las formas en las que 
Luis la trata: es violento, la ofende, la amenaza y no reconoce nada de lo que ella hace o dice, por el contrario, la exhibe en público.

Cualquier persona en su sano juicio puede darse cuenta que Lucía se encuentra en una relación con rasgos violentos y controladores. Y, Lucía depende emocionalmente de esa pareja controladora.

Lucía desea contar con una mejor relación de pareja y Luis también, pero la única diferencia, es que Luis tiene el control afectivo de Lucía.  Y ella se siente paralizada y llena de miedo.

En este momento, ella ha tomado la decisión de acudir a una terapia para mejorar su autoestima.

Y, una vez que entienda qué le pasa tomar la decisión de dejar o no a Luis.   

La realidad, es que Lucía antes de llegar a la Terapia ya ha tomado la decisión de romper con Luis, sin embargo, no sabe cómo hacer frente a sus sentimientos:
-       Miedo.
-      Pavor.
-      Culpa.
-      Soledad.

Estos sentimientos son normales frente a cualquier ruptura, pero para Lucía son devastadores en el sentido de que piensa que no podrá sola. Luis tiene razón, ella no puede consigo misma sin él.

Creencias muy arraigadas.

La terapia de Lucía se ha centrado en que ella pueda ir tomando fuerza para afrontar sus propias emociones, tiene que estar alerta de cuáles son los mecanismos que la llevan de nuevo a vivir dentro de una relación conflictiva y violenta.

La dependencia emocional de Lucía está al borde de jugarle una mala pasada. No puede más, su salud se deteriora cada día más, está estancada, vive con miedo y llena de resentimiento.

Por lo pronto, ha decidido una separación temporal. Él no quiere aceptarlo. Está enojado y celoso. Pero ella, en esta ocasión se ha sostenido. Ella se ha mudado a un departamento y desde hace tres meses vive sola.

Los primeros días de la separación, Luis la buscaba intensamente. Ella se ha sostuvo y le pidió respeto para su decisión. Luis poco a poco se ha ido apartando. Él abusa del alcohol. 

Ella ha emprendido un camino de mayor salud: ejercicio, lecturas, mayor productividad, buscar a sus amigos y entró a tomar clases de jardinería.

En un lapso de tres meses, Lucía ha cambiado de una manera sorprendente. Ahora, puede estar sola y ocuparse de sí misma.


Y, por supuesto, ha pedido a Luis el divorcio y la separación definitiva. Por momentos, se arrepiente, quiere volver, sabe que es una adicción y que sería contraproducente, regresar al mismo escenario, por tanto, se siente libre y llena de energía para emprender un nuevo proyecto de vida.

Para ello, hemos trabajado sobre el libro de trabajo sobre Cómo Vencer la Dependencia Emocional y Ser Feliz, que lleva mediante diversos ejercicios a superar las cadenas de la dependencia emocional.

Ana E. Giorgana