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Ignacio no se resigna a terminar con Elisa.
Elisa por su parte, está cansada de tener que decirle, una y mil veces que ya no quiere nada con él.
El rechazo es uno de los elementos que más llevan al amor obsesivo, en mi libro Me enamoré de un Imbécil y ahora qué hago, hablo sobre estos amores en los que hombres y mujeres se vinculan en relaciones destructivas, de hecho, es un libro para mujeres que deberían leer los hombres.
Elisa lo quiere, pero sabe que su relación es destructiva.
Ella muestra una estima personal muy alta, por tanto, ha decidido que "nunca más volverá a vivir" en una relación conflictiva:
- Promesas incumplidas.
- Chantajes.
- Regalos costosos para reconquistarla.
Porque en el fondo sabe, que nada de eso, habrá de hacer cambiar las actitudes de violencia de Ignacio.
Ella ha decidido entrar a una terapia para superar los estragos de la violencia, de la hostilidad y de esperar a que todo vaya mejor.
Su caminar por el proceso terapético no ha sido fácil. Ha tenido que enfrentar su dependencia emocional y hacerse cargo de sí misma. Es una situación dolorosa.
Me siento muy privilegiada de poder acompañar tantas historias de recuperación no solo de la violencia, la dependencia emocional sino de ser un catalizador en el proceso de cambio de aquellas personas que solicitan una mejor calidad de vida emocional
Elisa es una de ellas, su vida, su historia, su sufrimietno y su entereza le permiten estar por encima de cualquier situación destructiva, no se abandona, lucha consigo misma por este amor, pero su estima personal es mayor que cualquier circunstancia.
Ella sabe, ahora, que su vida y la realización de la misma depende solo de ella y no de la relación con Ignacio.
Sí te encuentras viviendo una situación de esta naturaleza es mejor hacer un alto en el camino, reflexionar, repensar y realizar los cambios que sean necesarios para mejorar tu calidad de vida emocional.
A mi puedes encontrarme en www.cecreto.com
Ana Giorgana
