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El fortalecimiento de la pareja es la clave para mejorar las familias y la sociedad

El fortalecimiento de la pareja es la clave para mejorar las familias y la sociedad
Ana Giorgana

jueves, 15 de noviembre de 2018

La adicción al amor


Toda adicción es una dependencia, una forma de relacionarse con algo o alguien de manera patológica. No existe ninguna adicción sana. Menos la tiene que ver con el amor porque se convierte en una necesidad.



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La necesidad al amor genera un gran dolor y una sensación de insatisfacción y pérdida.

Las dependencias amorosas muestran síntomas claros y 


específicas ante la pérdida de ese gran amor; en “aras del 

amor”, la relación se convierte en:

-       Asfixia: asedio y exigencia de la presencia del otro.

-       Control: querer saber todo sobre la pareja, sus acciones, sentimientos, pensamientos y    actividades, de no ser así, se experimenta ansiedad, inquietud y desasosiego.

-       Dependencia: la renuncia a todo lo que es “nuestro” como intereses, actividades y la vida misma gira en torno a la pareja. Estar disponibles para el para no perder su amor y su atención.  

-       Chantajes: se condiciona el amor, se pelea a capa y espada para hacer sentir culpable a la pareja. Ellos los malos y nosotros las víctimas. Un juego peligroso y que no siempre da resultado.

-       Celos incontrolables: desconfianza y temor de perder al gran amor.

Vivir una relación de pareja con inseguridad, miedo y terror a perder a la pareja se convierte en una 
necesidad. La adicción consiste en distorsionar el amor en necesidad.

Las adicciones son dolorosas, engañosas y perturbadoras. Un apego enfermizo a la pareja es insostenible.


Depender de una persona es un riesgo y un precio alto a pagar, sobre todo, cuando existe violencia, infidelidad, faltas de respeto y una existencia indigna en la vida en pareja. Se trata de una relación con tintes muy infantiles y de exigencias irracionales.

La adicción amorosa es traicionera. Nadie puede controlar a otro ser humano, aunque se desee intensamente.  Nadie puede obligar a otro que nos ame y permanezca en la vida propia para siempre. Nadie puede forzar a otro a ser fiel, esa es una decisión personal. Nadie puede hacer lo queramos cuando lo queramos o a la hora que queramos. Es una fantasía.

La manipulación se vuelve un espejismo para lograrlo, a través 

de:

Chantajes, celos, control y amenazas denigrantes para que el otro permanezca en la relación.

Una gran falla en la estima personal. Toda persona que padece una afección adictiva en el amor requiere trabajar intensamente, para dejar de centrar sus vidas y existencia en alguien fuera de sí mismos.

Como toda adicción, la afectiva, necesita un tiempo de recuperación. La primera condición es transitar un proceso de alejamiento, de abstinencia para sanar las heridas de esta dependencia amorosa.


Puntos de reflexión:

1.- Tomar conciencia de que se vive una relación destructiva y adictiva.
2.- Aceptar esa condición amorosa.
3.- Un gran compromiso personal para salir de ahí.
4.- Coraje para sanar.

No existe otra alternativa. Emprender un proceso de desarrollo personal es imprescindible para mejorar la calidad de vida emocional.


Cómo Recuperar la confianza en el amor, es uno de los libros que habla sobre este tipo de relaciones.

 Ana Giorgana 




Especialista en Terapia de Pareja 
Y Prevención Familiar y Social





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