A Josefina la levanta el orgullo. Su matrimonio terminó hace algunos años. Y hoy, decidió que aunque se muera de amor por su pareja, no estará jamás, en condiciones de que él lo sepa.
Él fue el amor de su vida. Sigue siendo. Y ha arruinado su vida afectiva pensando en él. En lo que fue, en lo que ya no es. A veces paralizada de tanto pensarlo se siente triste y atormentada por un pasado que no volverá.
Ella hoy se ha levantado y se ha dicho a sí misma: nunca más una vida mediocre y sin futuro afectivo.
Podrá amarlo desesperadamente pero no puede pender su vida de un amor olvidado, frustrado y traicionado.
En el fondo ella cuenta y lo sabe con toda la capacidad para salir de su miseria afectiva, pero ha tenido que decidirlo despúés de noches de espera, de vela y de reproches.
Finalmente comprende su estima personal que es la que tiene que trabajar. Rescatarse a sí misma. Nadie lo hará por ella y mucho menos él.
Ahora decide emprender un nuevo camino de desarrollo personal. Hoy se ha prometido mirar solo hacia adelante. Construyendo mejores puentes afectivos consigo misma.
Pero no ha sido fácil. Algunos años abandonados. Días grises y tristezas sin resolver.
Cierra ciclos y manten una mejor forma de vivir como Josefina y su proceso de crecimiento.
Ana Giorgana
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