Soledad todo el tiempo se queja de todo: del marido, de los hijos, de la economía, del sol, de la luna y de las estrellas. No puede disfrutar nada y de su actitud solo encontramos palabras negativas sobre todo hacia su pareja: quién según ella es lo más importante en su vida.
Y cómo es que si es lo más valioso en su vida lo agrede tanto?
Lo agrede porque ella quiere un amor perfecto.
Lo agrede porque ella considera que él puede mejorar su manera de amarla.
Lo agrede porque ella piensa que él es un hombre que la ama y que jamás la dejará.
A fuerza de tanta queja él ya se cansó y finalmente ha sucedido lo que hasta ahora Soledad temía. Él le ha propuesto la separación y ella no entiende por qué?
Si ella lo ama tanto que daría todo por cambiar para que él se quede a su lado por siempre.
Pero él le ha dicho su planteamiento definitivo. No hay marcha atrás, sus argumentos:
- cómo te quejas de todo y no te puedo dar gusto, ya no quiero vivir contigo.
- cómo nada de lo que hago te parece bien, hoy ya me voy de esta relación.
Y cómo se que también de eso te vas a quejar, entonces no estoy dispuesto a sostener una conversación más contigo.
Soledad está muy desconcertada, llena de miedo y tristeza y se queja de su desconsuelo. No entiende y no comprende las razones.
Pero cuando ya no te quieren y se han ido, es importante en reflexionar sobre nuestras maneras de amar. Él no volvió y ella sigue con su queja eterna de la traición de su marido.
Soledad no sale de su círculo vicioso de queja, desconsuelo, tristeza y de sentirse víctima de las circunstancias porque no logra darse cuenta que ella también ha participado en ese amor accidentado y lleno de dolor.
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