Desde hace unos años Román ha sido infiel varias veces en nuestra relación.
Yo siempre acabo cediendo y él me jura y perjura que no volverá a suceder.
¡Pero sucede una y otra vez!
Ahora considero que ya fue demasiado. La última vez que Román me fue infiel estuvo ligado con una de mis mejores amigas. Una amiga de años. Podría decir que se trata de una amiga de la infancia.
Me siento desolada. Sucedió en mi propia casa. Yo los invité a cenar. Estuvimos muy contentos todos. Varios amigos, Román, mi amiga de la infancia y yo.
En el momento en que la reunión terminó Román dijo que tenía que retirarse porque al otro día saldría temprano de viaje. Mi miga también se despidió. Salieron prácticamente juntos. Yo me quedé con los otros amigos y al poco tiempo se despidieron.
Al otro día, un amigo mío me llamó y me preguntó porque no había asistido a la fiesta de María una amiga en común. Le dije que no había sido invitada. Él me dijo que Román había estado ahí y que después llegó mi amiga de la infancia.
Después de la cena, todos se fueron a bailar y ellos salieron juntos.
Me quedé confundida. Le llamé a Román. Le pregunté que tal su viaje. Él no contestó nada. Solo me dijo que su viaje había sido cancelado, que estaría en la ciudad y que no podría verme ese día porque se le habían presentado algunos contratiempos.
Yo estuve angustiada todo ese día. Le llamé a mi amiga para salir y tomar un café. Me dijo que no podría que estaba muy ocupada. Sin embargo, me armé de valor y fui a casa de Román. Necesitaba saber y comprobar lo que mi amigo me había dicho..
Así que llegué a casa de Román y toqué el timbre. Él abrió amablemente y yo entré como si fuera mi casa. Él me dijo que estaba por salir. Al poco rato llegó mi amiga por él porque saldrían a cenar o tenían algún plan.
En ese momento sentí que me moría. Mi amiga y mi novio ahora estaban en pleno plan para continuar con su fin de semana. Por supuesto, que los confronté, a ambos les dije cosas que nunca me hubiera imaginado.
Estaba descontrolada, enojada, iracunda y llena de rabia y dolor. Me sentí traicionada. Román no supo que decir. Ella me pidió mil disculpas. Se despidió y se fue. Él intentó arreglar las cosas. Yo, lo corté, le dije que no volviera buscarme y ahora después de tres meses he logrado ir superando esta herida de traición y humillación Entre a Psicoterapia y ha sido un momento muy importante en mi vida. He logrado sanar y estoy en plena recuperación de mi dependencia emocional.
La infidelidad es uno de los grandes riesgos del amor en pareja.
En mi libro Cómo Vencer la Dependencia Emocional hablo justamente de esta manera de salir de patrones destructivas, además en mis otros dos títulos exitosos te llevo de la mano para que se pueda realizar un proyecto de vida tanto personal como en pareja.
Cuando el amor en pareja se convierte en dolor.
Nuestra autoestima refleja toda nuestra vida.
Ana E. Giorgana
