No podía creer lo que estaba escuchando.
Anoche llegamos de la cena y me dejó en casa.
Se
despidió con tanto cariño.
Y hoy, amanezco con la noticia de que no desea más
seguir en la relación.
Me siento
confundida. Desconcertada. Llena de Rabia.
No tiene caso,
no importa ya.
Yo insistí. Cada
vez que planteaba una alternativa me encontraba de nuevo con un rechazo.
Es mejor así, no
quiero nada.
Te puedes quedar
con todas mis cosas. No me envíes nada. No necesito nada de lo que tú tienes.
Me siento morir.
No entiendo. No comprendo.
Me muero sin ti.
Y me quedé sola,
esperando alguna respuesta pero colgó. Y no llamó nunca más.
Nunca supe cuál fue
la causa exacta del rompimiento intempestivo, después de dos años de relación.
Lo único que me
quedó fue hacerme cargo de mí misma.
Reconciliarme
con la ruptura.
Recuperar mi
estima propia.
Atravesar mis
miedos.
Apaciguar mi
soledad
Y superar mi
terror al abandono, que finalmente, se cumplió.
Aprender a vivir
conmigo y construir una nueva alternativa de vida.
Claro que pasé
por la obsesión, por la tristeza, la ira, el desprecio y la culpa.
Algunos días
parecían interminables.
Tuve el impulso
de llamarlo varias veces, pero mi dignidad, me hizo hacer un alto en el camino.
Finalmente,
recorriendo, leyendo, asistiendo a cursos y entrando a una psicoterapia pude
percatarme de mis formas y modos de relación.
Hoy estoy
agradecida por haberme reencontrado con la persona que Soy.
Este camino del
desarrollo personal no tiene vacaciones, es de todos los días.
Ahora, puedo
darme cuenta de aquello que hice en esa relación.
En este momento,
han pasado algunos meses y mi mundo interno está cambiando.
Mi autoestima ha
mejorado.
Mi energía se
concentra en mi calidad de vida en todos los aspectos: físico, emocional,
laboral .
Me exijo con
coraje y determinación vivir una existencia de calidad.
Todos los días.
He revisado mi biografía
personal y comprendo mejor cuáles son aquellas pautas dañinas de mi niñez.
El camino ha
sido un tanto sinuoso pero finalmente estoy logrando la libertad emocional que
tanto he ansiado y anhelado desde que tengo uso de razón.
¿Cuál fue la
circunstancia que me ayudó al cambio?
El compromiso
con mi propia persona y la responsabilidad de vivir.
Ana Giorgana
Terapeuta
www.cecreto.com
La huella de abandono y la vida en pareja
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