Rita tiene dos años con depresiones constantes y con un gran estrés en su vida.
No sabe la razón.
Solo entiende que su relación de pareja está llena de conflictos y no logra salir de ellos.
Su aspecto es de tristeza, falta de realización y una angustia quemante durante todo el día.
El miedo se apodera de ella en cada momento. Teme que su relación termine. Tiene temor de que se acabe esta relación de años. Sabe internamente que lo mejor es la separación. Se niega a aceptarlo.
La separación en la pareja de Rita es inminente. Las agresiones de ambos han llegado a un tono muy fuerte: pérdida de respeto, descalificaciones, gritos y golpes.
Ella sale perdiendo, él es más fuerte.
El ciclo del dolor se ha instaurado en su relación.
En este ciclo que se activa de manera inconsciente existen mecanismos muy destructivos para la relación de pareja.
Los síntomas de ella son claros se deprime, llora, tiene miedo, una sensación de parálisis la invade, sus pensamientos son negativos y catastróficos y siente que su autoestima se encuentra por los suelos.
Rita ha llegado a la psicoterapia por sus depresiones.
No las relaciona con su vida en pareja.
Siente que es ella la que está mal y él bien.
La realidad es que ambos participan activamente para esa construcción de pareja
Ahora después de algunas sesiones Rita ha empezado a comprender su participación en este vínculo destructivo y lleno de sufrimiento y dolor
Su recuperación llevará algunos meses, los procesos psicológicos no son inmediatos, no podemos ofrecer curas mágicas y sin un proceso.
Todo lleva su tiempo y sanar también.
Ana Giorgana
www.cecreto.com
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