Rosario tiene una relación que se complica cada día más!
Cuando Rigoberto le llama ella hace alusión a su nombre se desgarra en un rosario de recriminaciones, reclamos, enojos y resentimientos y no se siente con la capacidad de controlar su malestar y su enojo.
Rosario desea que Rigoberto por fin se haga cargo de la relación y se comprometa a su vida con ella, pero él tiene otra familia y no quiere comprometerse con nada más. No puede solucionar su vida familiar ni con su pareja anterior. Está con un pie en cada una de las relaciones.
Pero Rosario insiste en esperarlo. Le cree, siempre le tiene consideraciones y está muy pendiente de quererlo y amarlo cuando están juntos, pero cuando no lo están ella se siente angustiada, siente que ya no puede más y que su relación es muy frágil.
Y en verdad lo es, es una relación que no puede tener el mismo grado de compromiso por ambos lados.
Ella es soltera y está dispuesta para una relación, él no, tiene compromisos de otra naturaleza y no está dispuesto a romper con su vida familiar.
Así que Rosario tendrá que rezar muchos rosarios antes de que se consolide esa relación, si es que llega a suceder.
Rosario requiere de repensar sus formas de amarse a sí misma y a Rigoberto.
Ana Giorgana
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