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El fortalecimiento de la pareja es la clave para mejorar las familias y la sociedad

El fortalecimiento de la pareja es la clave para mejorar las familias y la sociedad
Ana Giorgana
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domingo, 7 de agosto de 2011

Amores que destruyen...

Amores que destruyen...


En el momento en que el sufrimiento se apodera de la vida afectiva. 
El vínculo que es lo que sostiene a la pareja, ya se ha fragmentado, 
además, se tiñe de una sensación depresiva, estresante y un aire 
de cólera silenciosa toma lugar.

Pareciera que lo que los mantiene unidos, es ante todo, el temor a la solead.

Pero no hay experiencia más dolorosa, que vivir la soledad en pareja. 
Las relaciones sexuales son nulas, los intercambios son indiferentes, 
el ánimo es depresivo. El gozo y el placer brillan por su ausencia. 
El sentido del humor no aparece por ningún lado.

¿Por qué, entonces seguimos preservando una 
relación que se encuentra tan fracturada?

Ana Giorgana
www.cecreto.com

Siempre existen alternativas para amores más sanos y constructivos.
En mi libro Cómo recuperar la confianza en el amor, hablo de esos y otros temas.
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martes, 2 de agosto de 2011

Para ser parejas, primero tenemos que ser personas...

Autor: Ana Giorgana

Para se pareja, primero tenemos que convertirnos en persona se refiere a aquellos procesos que se van gestando en la vida de todo individuo humano. Primero tenemos que ser infividuos.

Por supuesto, que estar en pareja es una necesidad humana. Todos requerimos de identidad, de amor, de saber que somos importantes para alguien más, y si además comparto una intimidad sexual, afectiva, de proyecto, de compañía y de solidaridad, cuánto mejor.

El problema estriba cuando en lugar de ser personas independientes y formar un proyecto de vida que incluya, por supuesto, a la pareja. Tomamos primero a la pareja, y desde esa relación, deseamos ser personas. Queremos que la pareja nos de identidad, nos suba la autoestima, guíe nuestra conducta, defina nuestros gustos, y además, que nos quiera, nos reconforte y nos haga sentir las personas más importantes en la vida.

Cuando no se tiene una identidad propia bien cimentada, esperamos que la pareja nos brinde y nos otorgue esa seguridad que no encontramos en nuestro interior. Por ello, cuando la pareja se va o por alguna razón ya no existe en nuestras vidas, nos sentimos vacíos y sin una alternativa de vida.

Lo hemos otorgado todo: nuestro valor, la estima personal, nuestra vida entera, las emociones, los pensamientos. El huevo y el vacío no logran llenarse con nada, solo queda la amargura, la desconfianza, la falta de rumbo.

En un inicio de la ruptura son emociones aceptables, pero pasado el tiempo, es necesario recuperarse y convertirse de nuevo en personas individuales que requieren resolver su circunstancia de vida.
No podemos forzar a nadie para que se quede a nuestro lado.

Nuestro único compañero de vida somos nosotros mismos. Pero lejos de comprender que estamos solos con nuestras dolencias, caemos en la autocompasión y en sentirnos víctimas de esa pareja que ya no está, que se fue, que cayó en el desamor, en la infidelidad o bien en una relación destructiva.