Historias reales de personas Reales...
Maria José me consulta en este momento por teléfono, su jefe le ha dicho que no puede quedarse más en el trabajo. Iñaqui no la deja en paz. Se hace el aparecido en su trabajo. Arma revuelo cada vez que puede con su jefe y con las secretarias del lugar. Aún no ha sido el medio día y él ya llamó veinticinco veces a la oficina.El problema de Iñaqui es que no ha concluido sus estudios, su vida es inestable y tampoco trabaja. Pero María José, creyó que una vez que vivieran juntos, por supuesto, ella mantiene toda la casa y hasta al "pobre de Iñaqui, él estaría dispuesto a llevar una vida más ordenada.
Por supuesto que no, cuando Maria José llega de trabajar, la casa está desordenada, él se ha levantado tarde y por supuesto, que ella tiene que hacer la cena y también vigilar todos los pagos, lavar los platos mientras el mira el periódico para ver si encuentra algún trabajo o simplemente está viendo la televisión.
Además de que está molesto porque ella llegó tarde del trabajo por una junta de trabajo. Esas juntitas ya están poniendo a Iñaqui de muy mal humor. La reprende, la interroga, está de malas, hiriente.
Pero hoy, Maria José entró más temprano que de costumbre a trabajar. Están lanzando un nuevo programa en el que ella es la coordinadora del mismo. Por tanto, tenía que ver con los periodistas, los publicistas y con la programación para el lanzamiento del comercial en la televisión local de su provincia.
Iñaqui, muy suspicaz, se levantó temprano y la siguió. En el desayuno donde todos se reunieron Iñaqui irrumpió muy enojado solo para comprobar que ella estaba trabajando. Burlo a los guardias de seguridad y entro hasta la sala de juntas.
En ese momento, el director de la empresa, un hombre muy educado pidió que lo sacaran del edificio y dieran parte a las autoridades por su intromisión a la fuerza. Se lo llevaron detenido y ahora María José no se sabe qué hacer, sí ponerlo de patitas en la calle, sí dejar ir un trabajo prometedor o simplemente responder a su amor y volver a rescatarlo y continuar fomentando su flojera e irresponsabilidad.
Pero no seamos tan críticos con María José, cuántos de nosotros no hemos estado en esta encrucijada.
Afortunamdamente y con el apoyo psicológico ella pudo comprender el riesgo en el que se encuentra por su alentar la flojera de Iñaqui.
Decidió finalmente darle un escarmiento, sacarlo de su casa, no ir a verlo a los separos y dejar que él enfrente las consecuencias de sus propias acciones. Es una buena decisión de su parte, y además, como en su país las leyes se lo permiten pidió apoyo para que se dicte una orden que si se acerca a ella o su lugar de trabajo está sancionado.
Las leyes están y es necesario usarlas. Lo más importante en la vida de pareja y sobre todo en amores tan destructivos no son las reglas, sino la decisión y la convicción de contruirse una mejor calidad de vida emocional.
Gracias a María José por enviarnos esta historia que seguramente podrá ser muy enriquecedora para otros.
Ana Giorgana
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