Hoy es un día muy especial porque Rocío sale de la clínica de recuperación en Anorexia por un "mal de amores"
Y por ello, he decido dedicarle este espacio en el que nos comenta:
" mi vida siempre estaba en función de Leobardo, él era un hombre encantador en todos los sentidos, sin embargo, siempre existió en la relación una exigencia a la perfección. Él quería que Yo fuera la mujer que no era, tenía que fingir y a una vida de gran disciplina, no era Yo, era un ente que siempre estaba a expensas de sus deseos, de sus ganas pero sobre todo, de sus ideales".
Por tanto Yo me exigía a ser mejor cada día, pero cada vez que lo intentaba, Leobardo siempre encontraba algo para mejorar.
No pude más, estaba sometida a una gran presión:
- ser la mejor mujer.
- ser la mejor anfitriona, porque Leobardo disfrutaba de invitar con frecuencia amigos a la casa.
- ser la mejor madre.
- la mejor profesionista.
En el fondo Yo me exigía reconocimiento, admiración pero eso nunca funcionó.
Hoy salgo de la clínica de recuperación de la anorexia, y si lo piensas bien, esta vida de la gente que no se alimenta literalmente hablando, tampoco está dispuesta nutrirse de la vida, de las emociones, pensamientos y de todo lo bueno que la existencia plantea.
Aprendí que es mejor una gran paz interior y publicar parte de mi historia para que otros se beneficien que seguir aislada y al lado de un hombre que solo ve en mí:
defectos, traiciones, insuficiencia, desprecio y humillaciones.
Si te encuentras en una situación similar, no dudes en ponerte en manos de un especialista.
En Cecreto contamos con todo para colaborar en la superación personal y te invito a que visites nuestro sitio:
Gracias por leerme mi misión es la calidad de vida emocional y su impacto en lo social.
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Mi gran aprecio a Rocío por mandarnos su historia y le deseamos una pronta recuperación, por cierto, Rocío me ha pedido colaborar en nuestro sitio y las puertas están abiertas para todo aquél, que como Rocío están en el camino del desarrollo personal.
Ana Gioergana