Carmen es mi tercera pareja. Yo no quiero más tener hijos, pero ella insiste. Tengo dos de mi primer matrimonio y dos del segundo, así que Yo no quiero más hijos, comenta Raúl.
Carmen ha tenido parejas, pero no se ha casado. No tiene hijos y ahora que está enamorada de Raúl quiere tener un hijo con él. Ya llevan viviendo juntos dos años y ella quiere formalizar su relación y tener hijos, según lo que Carmen dice, es: "para tener una familia normal"
Una familia normal desde sus creencias es tener una pareja e hijos y contar con un proyecto de vida en común. Él es categórico, no quiere más responsabilidades ni compromisos económicos, ni tenerse que dividir entre tantos hijos, tiempos y gastos.
Pero para Carrmen es una necesidad imperiosa. Ella quiere una familia. Quiere un hijo y tampoco está dispuesta a seguir postergando esa decisión porque siente que su reloj biológico se agota, tiene treinta y tres años y considera que es el momento idóneo para cumplir con esa parte que le corresponde en su vida.
Un año llevan discutiendo sobre esa situación. Los conflictos han aumentado de tono y ni uno ni otro quiere ceder a sus peticiones.
Parece que Carmen y Raúl tienen visiones de la vida contrarias y contradictorias. Él no puede comprender la parte de Carmen en cuanto a la maternidad y ella considera que él es un hombre egoísta porque como ya tiene hijos no le importa lo que a ella le pase.
Ambos tienen razón, se trata de un conflicto centrado en las necesidades y en la visión de vida compartida que desean para cada uno y en pareja. Él que ya ha vivido lo que es ser padre, trata de convencer a Carmen que dejarán su vida tan completa y armoniosa que tienen de su vida en pareja, tienen que vivir para un tercero que necesita cuidados. Ella considera que es natural, que necesita una familia y no solo una pareja.
Los valores y visiones de la vida se encuentran totalmente en contra. Sí uno de ellos renuncia a su situación siente que pierde frente al otro. No es ceder por ceder. Los hijos son un proyecto en la vida en pareja. Pero solo si ambos están dispuestos a comprometerse en ese rol.
Carmen lo interpreta por el lado del amor, ella siente que Raúl no la quiere lo suficiente, y por tanto, no le interesa formar familia con ella. Por su lado Raúl considera que ella puede querer y cuidar a sus hijos cuando están con ellos el fin de semana.
Si las visiones y valores de la pareja no van en concordancia con las necesidades propias, esa pareja, no puede sostenerse. Aunque se amen, aunque se quieran. La pareja como un proyecto y un sentido de vida.
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