Juan y Jimena, se pelean todo el tiempo en su relación. Ella reclama, el se aisla, ella vuelve a las andadas y Juan no logra como darle gusto, es más, ya no sabe, sí quiere o no darle gusto de tanto que Jimena le dice. Juan se siente muy resentido porque él es así, jamás engañó a Jimena, pero ahora ella quiere, que Juan sea otra persona. Ambos se encuentran aburridos y fastidiados en su relación. Cada vez de que hablan de una separación, entran en miedo, el terror a la soledad se apodera de ellos, y vuelven de nuevo a conformarse con una relación que es más una mediocridad, que un compañerismo, admiración, complicidad. Por el contrario, los comentarios hirientes suben de tono, se inicia la violencia, la descalificación. Ya no salen juntos, cada día se asfixian más, y todavía, se preguntan:
- Será mejor separarse.
- Tendrá remedio esta relación.
- Cómo le hago para decirle que mejor se acabó.
- No se qué tengo ya que compartir con mi pareja.
Tal vez, sea mejor darse un tiempo, quizá no, pero en esta duda cada día se hacen más daño y se enfrascan en sostener una vida que no les lleva más que al sufirmiento y el dolor.
Gracias por leerme mi Misión es la calidad de vida emocional.
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